Εἴ τι καλὸν μανθάνουσιν οἱ νεανίαι ἐν τῇ ψυχῇ αὐτὸ φυλάττουσιν.



martes, 19 de enero de 2021

La muerte de Patroclo

En el canto XVI de La Ilíada nos cuenta Homero la muerte de Patroclo, compañero de armas y sirviente de Aquiles. 

Sin la ayuda de los dioses ni de Aquiles, los griegos eran derrotados. A raíz de esto, Agamenón se da cuenta del grave error que cometió al prescindir del Pelida, sin embargo, el orgullo del héroe le impide volver al campo de batalla. Esto no frena a su compañero de armas, Patroclo, el cual, viendo morir a los griegos, le pide que lo deje liderar el ataque al frente de los mirmidones. Conmovido por la valentía de Patroclo, Aquiles acepta y le entrega su propia armadura, pero le advierte de que no se exceda, pues podría llamar la atención de algún dios enemigo. En este momento, Patroclo sale a la batalla atemorizando a los troyanos que pensaban que se trataba del mismísimo Aquiles. Del mismo modo, Patroclo y los griegos logran repeler al enemigo pero, desobedeciendo la advertencia del Pelida Aquiles, Patroclo decide perseguir a los teucros y enfrentarse contra Héctor, alertando a Apolo quien estaba a favor de los troyanos. Mientras proseguía el enfrentamiento entre Patroclo y Héctor, Apolo, disfrazado de un hombre común, se sitúa detrás de Patroclo y le acierta un golpe en medio de los hombros. El valiente Patroclo se paraliza aturdido y de esta situación se aprovecha Euforbo Pantoida, el cual, viéndolo desarmado, le clava su lanza en la espalda, dejando muy herido al héroe que retrocede junto a sus compañeros. Pero, Héctor, decidido a matarlo, lo persigue entre las filas y le acierta el golpe final, una lanza en el vientre que significaría la dolorosa muerte del magnánimo Patroclo.


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