ALCEO
Bebe y emborráchate, Melanipo, conmigo. ¿Qué piensas?
¿Qué vas a vadear de nuevo el vorticoso Aqueronte,
Una vez ya cruzado, y de nuevo del sol la luz clara
Vas a ver? Vamos, no te empeñes en tamañas porfías.
En efecto, también Sísifo, rey de los eolios, que a todos
Superaba en ingenio, se jactó de escapar a la muerte.
Y, desde luego, el muy artero, burlando su sino mortal,
Dos veces cruzó el vorticoso Aqueronte. Terrible
Y abrumador castigo le impuso el Crónida más tarde
Bajo la negra tierra. Con que, vamos, no te ilusiones.
Mientras jóvenes seamos, más que nunca, ahora importa
Gozar de todo aquello que un dios pueda ofrecernos.
ARQUÍLOCO
Corazón, corazón de irremediables penas agitado,
¡álzate! Rechaza a los enemigos oponiéndoles
el pecho, y en las emboscadas traidoras sostente
con firmeza. Y ni, al vencer, demasiado te ufanes,
ni, vencido, te desplomes a sollozar en casa.
En las alegrías alégrate y en los pesares gime
sin excesos. Advierte el vaivén del destino humano.
SAFO
Dicen unos que un ecuestre tropel, la infantería
otros, y ésos, que una flota de barcos resulta
lo más bello en la oscura tierra, pero yo digo
que es lo que uno ama.
Y es muy fácil hacerlo comprensible a cualquiera.
Pues aquélla que mucho en belleza aventajaba
a todos los humanos, Helena, a su esposo,
un príncipe ilustre,
lo abandonó y marchóse navegando hacia Troya,
sin acordarse ni de sus hijas ni de sus padres
en absoluto, sino que la sedujo Cipris.
Ide elixindo un en comentarios a esta entrada
4 comentarios:
Yo voy a recitar el de Safo
Yo recito el de Arquíloco.
Enton quédalle o de Alceo a Carla. Avisádea que o confirme nesta entrada.
Equivoqueime na hora. Ten que ser ás 10.15 porque logo xa é a vosa avaliación.
LUNS ÁS 10.15
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