
Patroclo, pues, sale al campo de batalla con la armadura de
Aquiles y, al verlo, los teucros comienzan a huir, pensando que se trata
de "el de los pies ligeros". Cuando poco después se dan cuenta
de que no es él, se reanuda la lucha. El Menecíada desobedece las órdenes
de Aquiles y, tras hacer retroceder a los teucros y arrebatar la vida
a muchos de ellos, no regresa a las naves, sino que se
envalentona y concibe la idea de acabar con el enemigo él solo. Causa una
gran matanza, pero en un momento dado va a ser atacado por la espalda
por el dios Apolo y, debido a la fuerza del golpe, perderá el escudo y partirá
su lanza. Tras este primer ataque, Euforbo Pantoida lo ataca con la lanza y lo
hiere en la espalda. Finalmente Héctor lo remata hiriéndolo con otra lanza. Ya
moribundo Patroclo presagiará la muerte de Héctor a manos de Aquiles.
La muerte de Patroclo en cierto modo marca el destino del final
de la guerra de Troya, con los aqueos como vencedores, ya que Aquiles, al
enterarse de la muerte de su amigo, sale de su cólera y vuelve a la lucha para
vengarlo dando muerte a Héctor. Precisamente es la muerte de éste la que causa
el comienzo del declive del ejército de los teucros, que finalmente pierden la
guerra.
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