SAFO:
Considerada la décima musa por Platón, Safo nació en Lesbos a
finales del siglo VII a.C., en el seno de una familia aristocrática,
y tuvo tres hermanos. Todavía joven marchó al exilio a Sicilia,
parece que por disturbios políticos en Lesbos. Regresó poco después
para pasar el resto de su vida en Mitilene. Se casó y tuvo una hija,
llamada Cleide como la madre de Safo. Según un relato famoso, tal
vez originario de una comedia griega, se suicidó tirándose de un
acantilado de la isla de Léucade a causa de un desengaño amoroso.
Se desconoce la fecha de su muerte.
La poesía de Safo, casi enteramente monódica, está escrita en
dialecto lesbio. Su temática parece reducirse a su mundo personal de
familia y amistades femeninas. Safo era, en apariencia, la principal
personalidad dentro del círculo de mujeres y muchachas que deben
haber constituido su audiencia. Que ella fuera en cierto aspecto
formal su maestra o mentora permanece sin aclarar, pero parece poco
probable que estuvieran unidas en un culto común a Afrodita y las
Musas, como se ha sugerido. Escribía con gran sencillez, pero
apasionada intensidad, acerca de su amor, y ocasionalmente de su
odio, por las personas. Creó una lírica subjetiva personal nunca
igualada en el mundo antiguo por su inmediatez e intensidad.
De sus poemas destacamos tres: en primer lugar, el himno a
Afrodita (cf. poema 1) -único de sus poemas que está con
seguridad completo-, en el que invoca a la diosa en un estilo con
reminiscencias de canto cultual y pide ser librada de un amor no
correspondido por una muchacha; en segundo lugar, un poema (cf. poema
4) que empieza diciendo Me parece igual a los dioses, y que es
una declaración de amor por una muchacha, de quien la mera visión
conmueve a Safo intensamente, mientras un joven sentado a su lado le
parece semejante a un dios en su indiferencia (Catulo tradujo al
latín este poema); y en tercer lugar un poema (cf. poema 5) que
empieza Dicen que un tropel de jinetes, en el que arroja por
la ventana todos los mitos masculinos de la guerra, poniendo por
encima de huestes de jinetes, infantes o flotas aquello de lo que
uno se ha enamorado. Además dedicó algunos poemas a su hija
Cleide (cf. poemas 30, 31 y 32), así como a su hermano
(cf. poema 3) y a las muchachas de su círculo (cf. poemas 6 y
7). Escribió también epitalamios –cantos de boda-, en un tono más
formal y menos personal. Lo que no encontramos en Safo es
prácticamente nada sobre política, a diferencia de lo que puede
hallarse en su paisano y contemporáneo Alceo y en otros poetas
líricos arcaicos. Pero esta ausencia no resulta muy sorprendente, ya
que la política era estrictamente cosa de hombres. En cambio el tema
del amor ha sido tratado en su totalidad, todos los tópicos han sido
recogidos: la plegaria, la espera amorosa, la presencia, la lejanía,
el regreso, la infidelidad y los celos con un lenguaje sentido y
sensual, de una belleza incomparable.
Pese a que no hay referencias explícitas a relaciones físicas en
los fragmentos que nos han llegado, el poeta Anacreonte, una
generación posterior, parece apuntar maliciosamente que el nombre de
la isla connota homosexualidad femenina.
HIMNO A AFRODITA (poema 1 de nuestro libro)
HIMNO A AFRODITA (poema 1 de nuestro libro)
La traducción es de otro libro porque el que usamos en clase (ed. El Acantilado) lo tengo en el aula.
Os mando el audio con la recitación de este poema al grupo porque aquí no me deja, es el poema más conocido de Safo, que presenta construcción en anillo: empieza con una invocación y acaba también con una invocación.
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